De alumno a Maestro.

Video número uno. Por Ana Isabel Villaseñor Urrea — Entrevista

Transcripción:

«Mi vida fue muy interesante desde el comienzo.

Empecé a entrenar con mi Maestro (Maestro Hong Zheng Fu, y posteriormente con el legendario Gran Maestro Wan Lai Sheng). 

En realidad, durante la Revolución Cultural en China, mi Maestro fue enviado a mi pueblo natal como parte del programa educativo laboral.

Uno de sus estudiantes lo reconoció y le preguntó: “¿Le importaría dar clases de Kung Fu en nuestro pueblo?”.

Abrió un grupo, se fue a los colegios, y seleccionó a los estudiantes con mayores aptitudes en artes marciales para entrenarlos.

Y me eligió a mi. 

Por lo tanto, fui muy afortunado al ser escogido entre cientos de personas para ser uno de sus 10 alumnos.  

Durante el tiempo que duró el entrenamiento con mi Maestro (Hong Zheng Fu), desarrollé la comprensión de mi cuerpo, en especial, la parte mental. 

Por supuesto que al principio, no pensábamos demasiado en lo que hacíamos. Sólo nos decíamos: “Está bien, el Maestro nos ha dado esta oportunidad, lo seguimos, lo obedecemos y entrenamos”. 

Entrenábamos y entrenábamos muy duro todos los días. Nos levantábamos cada mañana a las 5:30 a entrenar. Y en las tardes después del colegio, otra vez a entrenar.

Ahora me doy cuenta de lo inmensamente afortunado que he sido por tener en mi vida a un Gran Maestro como él. 

¡Me siento feliz!… ¡Encantado!.

Sin embargo, debo agradecer también a la Revolución Cultural por darme la oportunidad de entrenar con él, así como por tener el tiempo para hacerlo,  ya que no teníamos que ir a estudiar al colegio. A todos los maestros los habían enviado a la cárcel, o a lo que nosotros llamamos, “las granjas de vacas”.

Entrené con mi Maestro durante muchos años. 

Después, participé en una competición que organizaron en mi provincia, Fujian, y gané algunos torneos. 

No tengo idea de cómo lo hice, pero gané el campeonato.

Y por si ya no hubiese sido mucha la suerte que había tenido hasta entonces, en el año 1978 me eligieron para estudiar en la Universidad de Deportes de Pekín, una de las más importantes del continente asiático.

Fui realmente muy afortunado ya que ese año sólo seleccionaron a diez candidatos en toda China.     

Así pues, dejé a mi Maestro y me fui a Pekín a estudiar cuatro años en la universidad. 

Aquello me proporcionó una visión mucho más amplia de las Artes Marciales. Y me ayudó a comprender la variedad de Artes Marciales que existen; la riqueza que tienen, no sólo en la parte física sino también en la parte filosófica.

Me enseñó muchísimo. 

Quería investigar más. 

Comprender más.

Deseaba utilizar mi propio cuerpo como un instrumento para interpretar mejor estas técnicas.

Estaba totalmente comprometido y dedicado a las artes marciales.

Por lo tanto, al inicio, cuando eres un niño, sólo lo disfrutas y juegas. 

No es sino hasta más tarde, cuando te abres a descubrirlas.

Posteriormente, estuve en el Templo Shaolin dando clases a los alumnos locales del Templo como parte de mi curriculum. 

Esa oportunidad, a su vez, me abrió nuevas puertas para comprender mejor las tradiciones antiguas así como las diferentes filosofías y creencias religiosas.  El budismo. El taoísmo.

Lo que me aportó una visión mucho más amplia y enriquecedora. Me abrió nuevos horizontes.

Mi Maestro (Hong Zheng Fu),murió en el año 2000.

Fue muy triste para mi, porque fue como perder a un padre, más que a un padre, y a mi guía».

Master Liu Deming, heredero del Linaje Liu He Zi Ran Men en 5a Generación.